El CNIO consigue reprogramar células madre adultas en pluripotenciales inducidas dentro del organismo
11/09/2013. Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha demostrado por primera vez que el proceso de reprogramación de células adultas en pluripotenciales inducidas (iPS) se puede provocar en el organismo de un ser vivo adulto y que las células obtenidas tienen mayor capacidad de diferenciarse en distintos tejidos que las logradas en laboratorio, según informa el diario El País.
El trabajo, cuyos resultados han sido publicados en la revista Nature, parte de la técnica por la que el japonés Shinya Yamanaka consiguió en 2007 células pluripotenciales inducidas (iPS), con una capacidad de diferenciación similar a la de las embrionarias, hallazgo que le valió el premio Nobel de Medicina y Fisiología en 2012. Yamanaka reprogramó las células adultas introduciendo en ellas cuatro genes característicos de la etapa embrionaria, de forma que, al activarse, devuelven a la célula a un estadio prácticamente igual al de una embrionaria.
El equipo español ha empleado la misma combinación de genes con algunas novedades, obteniendo resultados sorprendentes e inesperados. Diseñó un ratón al que se introdujo un gen artificial que, en respuesta a la administración de un antibiótico, se activa y produce el mismo efecto que la combinación de las cuatro proteínas de Yamanaka. La intención original era obtener las células embrionarias en una placa de laboratorio, pero cuando se plantearon administrar el antibiótico directamente al ratón modificado genéticamente, funcionó.
Los ratones modificados bebieron el antibiótico durante una semana y, al poner en marcha el mecanismo descrito por Yamanaka, los investigadores observaron que las células adultas de los ratones perdían sus características y adquirían rasgos de embrionarias que no existen en los organismos adultos. Tras retroceder, desprogramarse y convertirse, las células se replicaban de forma descontrolada y desordenada en el interior del cuerpo de los roedores dando lugar a una especie de masa compuesta de diferentes tejidos (cerebral, muscular, óseo, intestinal...), una especie de embrión desorganizado llamado teratoma, demostrando así la elevada capacidad de diferenciación de las células madre generadas en el interior de los ratones. Además, los investigadores del CNIO detectaron células madre en su torrente sanguíneo. En ambos casos, las células presentaban unos estadios embrionarios aún más tempranos que las células producidas mediante la técnica de Yamanaka, por lo que presentaban una mayor facultad de diferenciación.
Tras el hallazgo, los investigadores del CNIO plantean que la nueva fuente de células madre descrita puede ser una alternativa a las fuentes habitualmente empleadas para investigar en medicina regenerativa. Pero existe una futura aplicación terapéutica más atractiva, aunque también más remota: aprovechar la capacidad de crear células madre dentro del cuerpo para inducir la regeneración endógena en un área dañada. Uno de los próximos objetivos de los investigadores del CNIO consiste en determinar si existe un grado de diferenciación que permita a las células iPS interactuar con su entorno y reparar por sí mismas, desde dentro, el tejido lesionado.
«Es un trabajo excepcional», reflexiona Juan Carlos Izpisúa, director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona. «Abre una nueva etapa para la medicina, la búsqueda de estrategias que nos permitan regenerar órganos y tejidos de una forma similar a los procesos naturales».