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'Es difícil dialogar con las células madre del cerebro'
16/12/2011. José Manuel García Verdugo, catedrático de Biología Celular de la Universidad de Valencia, mantiene varias líneas de investigación relacionadas con la neurogénesis adulta (formación de nuevas neuronas después del nacimiento y durante toda la vida adulta) en el cerebro de los mamíferos, de las que habla en una entrevista concedida al suplemento El Cultural del diario El Mundo que resumimos a continuación:
Pregunta: ¿Qué posibilidades terapéuticas tienen las células madre del cerebro?
Respuesta: Todavía sabemos poco sobre ellas. Será difícil a corto o medio plazo poder 'dialogar' con las células madre de nuestro cerebro para que sus hijas -las nuevas neuronas- se dirijan y se transformen en las neuronas que estamos perdiendo o que hemos perdido por algún traumatismo. No olvidemos que tenemos cientos de neuronas diferentes y con territorios cerebrales muy delimitados (corteza cerebral, cerebelo, medula espinal, tálamo, hipocampo, etc.). Los avances conseguidos en nuevas fuentes de neurogénesis y la aparición de nuevas moléculas para establecer ese diálogo hacen que seamos optimistas. Quisiera aclarar que en el cerebro humano (aunque mucha de la información está obtenida del cerebro de primates y roedores) hay una neurogénesis amplia en número (posiblemente varios miles de neuronas diarias) pero que va disminuyendo con la edad. Células madre tendremos en mayor o menor número. El reto científico consiste ahora en saber despertarlas cuando su actividad se ha adormecido.
P.: ¿Qué papel podrían tener en la curación de enfermedades tan complejas como el Alzheimer o el Parkinson?
R.: Todavía estamos lejos de su uso para estas patologías. Tal vez nos falta investigación básica sobre los mecanismos que provocan dichas enfermedades. Cuando tengamos más información, estaremos en condiciones de emplear células madre, neuronales o no neuronales. Se ha podido comprobar que de células adultas diferenciadas (de la piel o de otros tejidos) se pueden diferenciar hacia células madre. El campo está avanzando mucho, pero debemos de ser prudentes en el uso clínico generalizado.
P.: ¿Qué papel juegan las neuronas que genera el cerebro en la memoria y el aprendizaje?
R.: Hasta donde conocemos, la mayor parte, si no la totalidad, de las nuevas neuronas que se forman en el cerebro adulto tienen como destino participar en estos procesos. Lo más interesante es que estas nuevas neuronas no se producen en todo el cerebro, sino en una zona muy concreta llamada hipocampo. Esta es una estructura muy protegida dentro de nuestro cráneo. Situada en el interior del cerebro, se sabe que tiene una estrecha relación con los procesos de memoria y aprendizaje. Por su parte, el hipocampo contiene una estructura interna llamada giro dentado, donde se encuentran las células madre que van produciendo las nuevas neuronas.
Estamos viendo que estas conexiones entre la corteza cerebral y las nuevas neuronas generadas en el hipocampo son necesarias para almacenar la información. Con estas estructuras mal organizadas, nuestro cerebro tendría problemas para resolver problemas cotidianos. En un símil informático, la corteza cerebral, que aparece en la superficie de nuestro encéfalo y que es identificable a simple vista por sus profundas circunvalaciones, sería el disco duro y el hipocampo el microprocesador, el que dirige y coordina la información.
P.: ¿Ejercitar el cerebro es una garantía para tener esas neuronas en buen estado?
R.: Por supuesto que sí. Las neuronas tienen que estar siempre activas, su función es la conectividad y si ésta no se produce posiblemente morirán. El cerebro estará activo siempre y cuando nos planteemos cuestiones y preguntas. Estas no tienen por qué ser necesariamente de carácter trascendental, es suficiente con pensar en asuntos cotidianos, tales como indagar en cómo funcionan las cosas, cómo podemos mejorarlas o cómo podemos innovar tal o cual técnica. El deporte también es una actividad donde es necesaria una amplia actividad cerebral y una memoria espacial para la coordinación de los movimientos.
P.: Con los avances científicos realizados, ¿se puede seguir pensando que el cerebro es el órgano más desconocido?
R.: Creo que sí. Básicamente por dos razones, la primera de ellas es que las neuronas son células con numerosas, largas y finas prolongaciones, que se entretejen formando una red de conexiones que hacen casi imposible separar y poder estudiar una sola neurona con toda su red de circuitos, que sería el sueño de cualquier investigador. La segunda razón es que las muestras para realizar un estudio de cualquier órgano o tejido humano necesita de unos protocolos de preparación que no son posibles en el caso del cerebro humano. Es por eso que en estos momentos hace falta más investigación aún.
P.: ¿Quiere decir con todo ello que no se puede estudiar el cerebro si no es de una forma interdisciplinar?
R.: Así es. Es la única forma de avanzar más rápidamente. Los que trabajamos con cerebro humano la información que nos puede dar un psicólogo, un psiquiatra o neurólogo clínico es esencial para poder interpretar correctamente lo que vemos los investigadores básicos.