Médula ósea
La médula ósea es el tejido esponjoso que se encuentra en el centro de los huesos. Su función principal es la de producir las células sanguíneas que circulan por el cuerpo, al igual que las celulas inmunológicas que combaten las infecciones.
Inicialmente, la médula ósea se usó como fuente de células madre para los trasplantes porque provee un rico suministro de ellas. Los huesos de la pelvis (cadera) contienen la mayor cantidad de médula ósea y, por tanto, tienen grandes cantidades de células madre. Para un trasplante de médula ósea, el donante recibe anestesia general para no sentir dolor. Se inserta una aguja grande a través de la piel y hacia la parte posterior del hueso de la cadera. La médula, líquida y espesa, es extraída mediante la aguja. La médula recolectada se filtra y almacena en bolsas en una solución especial y luego se criopreserva. Cuando la médula va a ser utilizada, se descongela y se administra igual que una transfusión de sangre. Las células madre viajan por la médula del receptor y, con el tiempo, se injertan o adhieren y comienzan a producir células sanguíneas. Por lo general, en un periodo entre dos y cuatro semanas se pueden medir indicios de nuevas células sanguíneas en los análisis de sangre de los pacientes.
Fuente: American Cancer Society, Trasplante de células madre (trasplantes de sangre periférica, médula ósea y sangre de cordón umbilical